En el que voy de listo y termino haciendo el tonto…
También te voy a decir una cosa… Un viaje no sería un
viaje en condiciones si no hubiese días como el que te voy a contar a
continuación. Sería un viaje, si, pero un viaje soso...
Sin más preámbulos,
paso a resumirte lo mejor que pueda la anécdota que yo he autodenominado “Me
pasé de listo y terminé haciendo el tonto”.
El día comenzó muy temprano, bueno mejor dicho, el día
anterior al día del suceso empezó muy temprano. Me explico: Me encontraba en Luang Prabang al norte del país, a donde había llegado desde
todavía más al norte unos días atrás. Mi objetivo era viajar al sur,
concretamente a la ciudad de Pakse. Para que nos entendamos, eso significa unos
1000 kms, que en cualquier país es una distancia considerable, pero que en Laos
es como dar dos veces la vuelta al mundo…
Estas cosas es mejor no pensarlas demasiado, así que
cogí el primer autobús, que me llevaría de Luang Prabang hasta Vientián, la capital. Esto me supondría 10 horitas de
nada, que a estas alturas me las paso por yo por el forro, sino fuera porque el
autobús se llenaba del polvo de la carretera de una manera más que preocupante
y además y aunque parezca un detalle sin importancia, se caía a cachos, y en esta ocasión, no es una manera de hablar...
![]() |
¿Qué se nos desmonta un asiento? |
![]() |
No hay problema, ponemos uno provisional... |
Pero en esta vida todo llega y todo pasa. La verdad que el viaje se hizo largo, no te voy a engañar, pero el paisaje era de esos que te quedan en la retina para toda la vida. Como bien me habían dicho, el norte de Laos es una belleza.
Y 10 horitas más tarde, llegué a Vientián, en donde tenía pensado descansar y coger el autobús a Pakse
(12 horitas más…) al día siguiente. Pero mira tu por donde, al llegar a la
estación de autobuses, me encuentro con semejante bicharraco y leo “Vientián a
Pakse, autobús cama”
¡¡¡Buauuuu, yo quería probar eso!!! Pregunto en la
estación y me dicen que sale en una hora, pues ya está… lo justo para comer
algo y meterme otras doce horas de autobús, pero esta vez estaba chupado, iría
durmiendo todo el camino. Una vez más, los contrastes que sólo se pueden encontrar en este tipo de países. En un mismo día, iba a viajar en el peor y en el mejor autocar que he visto en mi vida...No me negarás que es impresionante…
Después de tratar de comprender como diablos había
encontrado un autobús semejante en Laos, me quedé dormido profundamente y las
doce horas se me pasaron en lo que tardé en bostezar…
Y llegué a Pakse, donde la anécdota “Me pasé de listo
y terminé haciendo el tonto” comienza a tomar cuerpo. Ya te puedes imaginar
como salía yo del autobús “galáctico” este… Con los pelos todos para arriba, la
ropa llena de polvo del otro autobús y con las legañas que me dejaban abrir
sólo medio ojo de los dos que tengo…
Eran las 7 de la mañana y según bajo del
autobús me empiezan a abordar los conductores de tuctuc. Qué si a donde voy,
que si necesito alojamiento, que si bla, bla, bla… Ya les hago yo un gesto con
la mano, de esos con los que me siento seguro y a la frase de “Chsss, first i
need to have a coffe and later we´ll see what happens” Se me quedan todos
mirando con cara de “¿Que ostias ha dicho el malos pelos este?”, pero la
cosa funcionó y me dejaron en paz.
Poco después llegué al hostel, como un señor, con los
pelos todavía para arriba y la ropa llena de polvo, pero ya sin legañas. Como
soy culillo de mal asiento, dejo la mochila en la habitación, me voy directo a
la ducha, me afeito y todo, para parecer alguien y me pongo manos a la obra para
planear que hacer ese día.
Aparentemente en Pakse hay dos grandes atracciones.
Una es un yacimiento arqueológico de gran valor ubicado en un entorno
privilegiado y el otro es una meseta que cuenta con unas cascadas y unos
pueblecitos al parecer encantadores. Como yo ya estoy un poco harto de pueblos
y de cascadas, me inclino por los yacimientos.
En la ciudad hay multitud de excursiones anunciando
visitas guiadas a los yacimientos, pero claro, excursiones organizadas a mi,
las menos, por lo que decido que esos tengo que verlos yo por mi cuenta, que
siempre me aporta más y además te ahorras dinero. (O eso pensaba yo a esas
alturas…)
Busco una tienda para alquilar una moto, pido un plano,
me dicen que los yacimientos están a 32 kms y pongo rumbo hacía ellos sin más
tiempo que perder. El día está ligeramente nublado, pero parece que no amenaza
lluvia (que equivocado estaba…), es más hace bastante calor y ya notaba yo como
se me quemaban los brazos al estilo Perico Delgado en sus mejores años, cuando
todavía no se quedaba dormido antes de las contrareloj.
Resulta que el mapa es teoría, pero la práctica es
bien distinta y no consigo encontrar el desvío hacía Champasak, el pueblo donde
están los yacimientos. Paro cada dos por tres y pregunto, pero es como
preguntar a un árbol… no me entra en la cabeza si lo único que les estoy
preguntado es “Champasak” y señalo hacía un lado y el otro de la carretera,
¿cómo leches no son capaces de decirme para donde es?
En esos momentos empieza
a diluviar y cuando quiero encontrar un sitio donde cobijarme ya estoy calado
hasta los huesos. Empiezo a considerar una retirada a tiempo y volver a Pakse
con las orejas gachas.
Pero mira tu por donde, después de unos minutillos
metido en el garaje de unos amables lugareños, me indican que el pueblo está
para la izquierda y que en unos kilómetros veré una señal que indica el camino.
Siento decir que no le creo mucho, pero el tipo estaba en lo cierto!!! Ahora si
que no me rindo…
En la señal pone 12 kms a Champasak, pero cuando llego
me topo con otra sorpresa, hay que cruzar el río Mekong (cosa que yo ya sabía
gracias a mi querido mapa…) pero lo que no sabía, es que no había puente.
Después de preguntar otras cuantas veces, por fin
consigo enterarme por donde se cruza y cual es el método. El método no es otro
que montar las motos en dos canoas atadas entre si y con una tabla encima y
ala!! Para el otro lado…
Madre mía… y no veas como baja el río, yo ya me veía con la moto en el fondo, tratando de arrancarla… Menos mal que tenía buena compañía que además me sujetaba la moto…
Llegados sanos y salvos, empieza a salir el sol. ¿Será
verdad que al final se va a enderezar el día? (que equivocado volvía a estar…)
Empiezo a disfrutar recorriendo este pueblo en dirección a los yacimientos, que
todavía quedaba un trecho. Unas fotitos por aquí, un refresco por acá y el
cielo se empieza a nublar de manera peligrosa de nuevo.
Dicho y hecho, vuelve a jarrear y yo otra vez metido
debajo de un tejado… Ya podía ver la entrada al yacimiento desde allí, pero no
te puedes imaginar como llovía. ¿Sería verdad que me iba a rendir ahora? De
ninguna manera… iba contra mis principios. Esto es una nube, pensaba yo. Ya veo
que clarea por allí.
Y efectivamente, para cuando llegué a la caseta donde
pagar la entrada, tan sólo chispeaba y minutos más tarde dejó de llover. Como
no hay mal que por bien no venga, gracias a la lluvia tenía las ruinas para mi
solito, quitando algunas mujeres locales vendiendo cosillas (o intentándolo),
allí no había ni el tato.
Las ruinas son, eso… unas ruinas, pero el conjunto en
si es una maravilla. Disfruté de lo lindo dándome una vueltecita por allí y
admirando el paisaje, pero claro, como me había costado tanto tiempo llegar y
ya eran casi las 4.30, sería mejor que diera media vuelta porque aquí anochece
muy pronto y además tenía que devolver la moto antes de las 7.
A la que estoy descendiendo de lo alto de la colina,
echo en falta mis gafas de sol y me doy cuenta que me las había dejado en el
mostrador de la caseta donde compré el ticket. Pregunto al señor que había allí y me dice que
el no ha visto nada. ¡¡Chúpate esa Carrasco!! ¿Pero cómo que no ha visto nada,
si aquí no ha entrado nadie desde que entré yo? En fin, que me dio toda la
sensación de que el tipo se agenció las gafas, pero claro, tampoco pude hacer
nada más. Empezaba a salir cara la excursión.
En cuanto que salgo del recinto, empieza otra vez a
llover. Como está cayendo la tarde, hay muchos insectos y particularmente unos bastante grandes tipo libélula, que me iban pegando
en la cara cada dos por tres y claro, ya no tenía las gafas de sol para
protegerme los ojos.
Llego al embarcadero, donde en breve se producirá uno de
los momentos estelares de este grandioso día. Me encuentro allí un buen puñado
de motos dispuestas para cruzar, pero no había movimiento de barcas. Ya
pregunto a uno de allí y dice que no se puede cruzar, que la corriente es
demasiado fuerte. ¿COMOOOO? Casi me desmayo. Estaba empapado, tenía frío, se
hacía de noche y eran casi las 5.30.
Ya a la desesperada y ante la incapacidad de ver
ninguna solución al tema, grito en alto que si alguien por allí hablaba inglés
y se levanta el más avispado de todos y me dice “Sir, en 5 minutos llega una
barca más grande” Y llegó. Y menos mal que era grande, porque la corriente del
río era bestial, si vamos en las dos canoas atadas, me veo llegando a Camboya
con la moto de alquiler.
En cuanto cruzo al otro lado, miro el reloj y veo que
todavía me queda algo más de una hora. Le meto caña a la Vespino, sabedor de
que me la estaba jugando, porque los mosquitos y luciérnagas (que había un
montón…) me pegaban en la cara cada dos por tres.
A los pocos minutos empiezo a pensar en otra cosa, la
gasolina. En este país tienen la puñetera costumbre de entregarte la moto
pelada de gasolina, conocedores de que todo el mundo la devuelve con algo de
gasolina. Luego la sacan del depósito con una goma y eso que se ahorran los muy
cucos. A mi esas cosas me fastidian y mi idea era devolverles la moto con la
mínima gasolina posible. Pienso que no deben de quedar muchos kilómetros y que
creo que llegaré. Paso una gasolinera, estoy a punto de entrar en reserva, pero
creo que ya queda poco.
Paso otra gasolinera y ya lo veo tan negro, que me doy
la vuelta y pongo 10000 KIP de gasolina (casi un euro, no te vayas a pensar…).
Salgo de la gasolinera escapao, porque ya son las 6.30 y es de noche. Ummm,
¿que le pasa a esta moto? No quiero ni pensar que lo que me estoy temiendo ha
pasado de verdad… Si, ha pasado, he pinchado.
Vuelvo a la gasolinera a punto de llorar por tercera
vez en el día y el chico me dice que unos metros más adelante hay un sitio
donde arreglan pinchazos (también tuve suerte en esta). Llego allí y aparece mi
salvador. Que chaval tan majete!!! Y que prisa se dio arreglando el pinchazo!!
Si parecía yo Dani Pedrosa jugándose el mundial…
Salgo de allí otra vez a menos cinco, sabedor de que
ya no llego a tiempo claro, pero ahora lo que me preocupaba era llegar. Y es
que las mismas dudas que tenía con el mapa por la mañana volvieron a
surgir, solo que ahora era de noche y no veía ni tres en un burro.
Consigo llegar a Pakse, pero entro a la ciudad por un
sitio diferente al que salí y claro, no tenía ni puñetera idea de donde estaba.
Vuelvo a parar cada dos por tres, pero a los simpáticos habitantes de esta
ciudad les entraba la risa en cuanto me veían aparecer, se ponían nerviosos y
algunos hasta se iban corriendo…
Debo de reconocer que en esta ocasión la
situación era peor, porque yo no me acordaba del nombre de la tienda donde
había alquilado la moto. Terminé preguntando por mi hostel, que desde ahí si
sabía llegar a la tienda, pero tampoco…Ganas de llorar por cuarta vez.
Por suerte aparece un nuevo salvador super majete, que
ante la imposibilidad de indicarme como llegar al hostel, se monta en su moto y
me dice que le siga. ¡¡Ahora si!!
Por fin llego a la tienda, que naturalmente está
cerrada, aunque veo luz en el interior. Aporreo la puerta pero como el que oye
llover. Al lado había un hotel y me dicen que puedo dejar la moto allí que
ellos conocen a los de las motos y mañana por la mañana les entregan las
llaves. Allí solté la puñetera moto, no sin ganas de quemarla en medio de la
carretera y hacer una danza de celebración… Me contuve teniendo en cuenta que
los propietarios todavía tenían mi pasaporte.
Por fin llegué al hostel, cansado, hambriento y
empapado. Me di una ducha, me metí en la cama y pensé: ¡Qué bonito es viajar!
Comentarios Originales 2010
Miguel
Septiembre 3, 2010
Septiembre 3, 2010
JAJJJAJAJ
AJAJAJAJ Buenísimo post Jesús..ahora falta la pregunta del millón ¿ te
devolvieron el pasaporte al día siguiente?
Cristina
Septiembre 3, 2010
Septiembre 3, 2010
Que envidia
de viaje, me he enganchado al blog sin querer. Este verano he podido conocer
algunos de los lugares por los que has estado y la verdad es que me entra
morriña al leer tus vivencias. Disfutalo, eres muy afortunado al poder hacer
algo así y me alegro que ya esté superado lo del buceo.
Cuidate!!
Cuidate!!
Nuria Rubio
Septiembre 4, 2010
Septiembre 4, 2010
Jessss,
cariño, no te preocupes que a la vuelta te compro yo unas gafas, Hombre ya!!,
te las has ganado…vaya aventura,jajjaj, te lo juro que me he
partido... increible…Me llega a pasar a mi y vamos cojo al que cambia las ruedas y
le digo que no me puede dejar sola…joe..Y lo del 1er Bus, muuuuuy fuerte, qué
valiente es mi niño madre!!.Cuídate mucho corazón. Tengo muchas ganas de
verte.Besitos
Roberto
Septiembre 5, 2010
Septiembre 5, 2010
Vaya
historieta!
Que digo yo, que mientras la señorita tuvo el gesto de sujetarte la moto en el viaje de ida a los yacimientos…tu podrías haber tenido el gesto de sujetarle el paraguas, no?
Que digo yo, que mientras la señorita tuvo el gesto de sujetarte la moto en el viaje de ida a los yacimientos…tu podrías haber tenido el gesto de sujetarle el paraguas, no?
Mª Carmen
Septiembre 6, 2010
Septiembre 6, 2010
Jesús, a
todo lo que te está pasando, se puede llamar VIAJAR. Menuda aventura y todo eso
en un día……
Un besito muy fuerte y tienes que comer un poquito más
Un besito muy fuerte y tienes que comer un poquito más
dominica
Septiembre 6, 2010
Septiembre 6, 2010
HOOLa!!
Acabo de retomar tu viaje!!! porque he estado haciendo los mios…no tan lejanos
como el tuyo, pero si divertidos. Vaya, vaya con las aventuritas que te
suceden… te lo debes de estar pasando de miedo. Estas son las cosas que luego
mas recuerdas, seguro!! porque los yacimientos no creo yo que los retengas
mucho en tu retina…jajjaja.
Te envio un beso y te prometo que a partir de ahora te continuo leyendo
Te envio un beso y te prometo que a partir de ahora te continuo leyendo
Raquel
Septiembre 7, 2010
Sobrecogedor! una experiencia para relatar como solo tú relatas! y qué bueno es Roberto, pensando en si le sujetaste el paraguas a la chica… ¡pues no eres tú atento con las chicas ni nada! ya me imagino yo que aprovecharías el trayecto en canoa! Tú pendiente de que no se cayera la chica, y la chica pendiente de que no se cayera la moto… todo controlado!Septiembre 7, 2010
jesús
Septiembre 7, 2010
Septiembre 7, 2010
Miguel:
Claro que me devolvieron el pasaporte… Ya me conoces, cuando me pongo duro doy
muchísimo miedo…
Cristina: Eyyy, que bueno saber de ti!! No tenía ni idea que seguías el blog, pero me alegra mucho que lo hagas. Dónde estuviste este verano?
Nuria: Qué bien me trata mi niña… Ya cuando vuelva voy contigo y compramos las gafas juntitos. Te advierto que eran caras, pero ya se yo que tu problemas de esos no tienes… jiji
Roberto: Estimado, no todo lo que sucede en el viaje se cuenta en el blog…
M Carmen: Gracias señorita. Si comer como… pero sigo adelgazando. Ya veras cuando vuelva, quedemos para comer y no me veas de lo delgado que estoy…. y yo llamándote y tu.. pero donde estás?? jaja
Domi: Tu y tus viajes, hay que ver como vives… jaja Ya me contarás por donde has andado. Un besito.
Cristina: Eyyy, que bueno saber de ti!! No tenía ni idea que seguías el blog, pero me alegra mucho que lo hagas. Dónde estuviste este verano?
Nuria: Qué bien me trata mi niña… Ya cuando vuelva voy contigo y compramos las gafas juntitos. Te advierto que eran caras, pero ya se yo que tu problemas de esos no tienes… jiji
Roberto: Estimado, no todo lo que sucede en el viaje se cuenta en el blog…
M Carmen: Gracias señorita. Si comer como… pero sigo adelgazando. Ya veras cuando vuelva, quedemos para comer y no me veas de lo delgado que estoy…. y yo llamándote y tu.. pero donde estás?? jaja
Domi: Tu y tus viajes, hay que ver como vives… jaja Ya me contarás por donde has andado. Un besito.
Raquel: Me da miedo que me conozcas tan bien...
Saludos a
todos!
Comentarios
Publicar un comentario