Varanasi, ¿cómo podría explicarte?

 


Millones de viajeros han visitado India antes que yo y millones de opiniones diferentes habrá sobre este incomparable país. Muchas veces antes, había tenido la oportunidad de charlar con otros que ya habían viajado por India, algunos durante tan sólo una semana, otros durante casi un año y, efectivamente muchas fueron las diferentes impresiones que fui recogiendo, pero algunas de ellas se repetían en todos los casos:

La India nunca te deja indiferente.

Necesitarás tiempo para empezar a adaptarte a la India.

No es conveniente empezar  un viaje por la India en Varanari.

Yo empecé mi viaje desoyendo alguna de estas recomendaciones y Varanasi fue la primera ciudad que visité en India. Y fue en Varanasi y a pesar de que apenas llevo un par de semanas en la India, donde empecé a crearme mi propia opinión sobre este país, opinión que te iré comentando a lo largo de los próximos posts.

Crucé la frontera por carretera desde Nepal y ya desde la misma frontera,  India me empezó a sorprender. Después de haber dejado mi pasaporte en la embajada india de Kathmandu durante cinco días para obtener el visado, cuando llegué a la frontera me di cuenta de lo fácil que hubiera sido colarme en este país si hubiera querido, de hecho lo hice, aunque luego volviera sobre mis pasos para obtener el sello en mi pasaporte, una vez que conseguí encontrar la caseta de inmigración.


En la misma frontera cogí mi primer autobús en India, con destino Ghorakpur, donde pasaría una noche antes de llegar a Varanasi. Los autobuses en India son como ya imaginaba y ya desde el primer momento empecé a observar de primera mano la tristemente célebre pobreza de este país.

Lo cierto es que a pesar de mi experiencia viajando por países del tercer mundo, la miseria en India, es otra cosa, simplemente te desborda y te desmoraliza hasta límites insospechados. Nada tiene que ver con la pobreza que había visto anteriormente en países como Perú, Camboya, Myanmar o Egipto, lo que estoy viendo en India sobrepasa con creces aquello, se trata de una mezcla de extrema pobreza, suciedad infinita, sobrepoblación y corrupción que dan como resultado una sociedad abandonada a su suerte en la que cada individuo es responsable de si mismo y la supervivencia pasa a ser lo único realmente importante.


 

Me vienen a la memoria muchas imágenes de Myanmar, país extremadamente pobre también y con muchísimas necesidades, pero en el que sin embargo, la gente irradia energía positiva a raudales. En India me estoy encontrando muchísimas miradas que muestran justamente lo contrario, sufrimiento, hambre o desesperación.

Esta es desgraciadamente la opinión sobre India que se va formando dentro de mi, la que me empecé a formar en Vanarasi, sin duda uno de los lugares más especiales que he visitado en mi vida y un fiel reflejo  de la India más genuina. Varanasi no es sólo una de las ciudades más místicas, religiosas y sagradas de la India, sino posiblemente del mundo entero.

Deambular por las calles de Vanarasi es una experiencia que jamás te puede dejar indiferente. La ciudad antigua está formada por un laberíntico enjambre de  estrechas callejuelas a través de las cuales orientarse se convierte en una tarea que al menos para mi resulta prácticamente imposible…

 







Las calles están sucias, tremendamente sucias. Cada vez que uno gira una esquina, debe de estar preparado para cualquier tipo de sorpresa, una vaca que bloquea la estrecha calle, un cortejo fúnebre que baja calle abajo rezando en voz alta de camino al Ganges, una persona durmiendo en cualquier rincón, otra persona haciendo sus necesidades en las zanjas que se extienden a lo largo de la calle, un niño de 7 años llevando en brazos a su hermano de 2 en busca de algo que echarse a la boca, una pelea de perros disputándose cualquier cacho de comida encontrado entre la basura… Todo esto se puede dar en Varanasi en un espacio de 5 minutos.













Pero Varanasi es a pesar de todo y por encima de todas las cosas, un lugar sagrado. Aquí la gente está orgullosa de nacer, de vivir y sobre todo de morir. Ser quemado a orillas del Ganges es la aspiración máxima para cualquier hindú. Cuenta la leyenda que hace muchos, muchos años, la madre del Dios Shiva fue la primera en ser cremada a orillas del Ganges. Hoy en día, una media de 250 personas al días, son cremadas a orillas del Ganges en Varanasi.

En el Ganges no sólo se queman cadáveres para luego arrojar las cenizas al río, sino que en ocasiones el cuerpo se arroja directamente al río. Hay ciertas ocasiones en las que las creencias hindúes no permiten incinerar el cuerpo, niños pequeños, mujeres embarazadas, muertes no naturales, mordeduras de cobra o leprosos, no pueden ser incinerados, por lo que sus cuerpos son directamente arrojados al Ganges desde una barca.





Pero la actividad en el río más sagrado de India va mucho más allá de la muerte. También hay mucha vida en el Ganges. La gente acude a lavarse, a pescar, a lavar la ropa, a nadar, a rezar, a dormir, a tomar te, a buscar monedas en el fondo… todo tiene cabida en este río miles de veces más contaminado de los límites aconsejables.





Como verás, en esta ocasión no he sacado ninguna foto de un funeral. Te puedo asegurar que el ambiente que se respira en Varanasi, te contagia de tal forma que lo menos te apetece es sacar fotos del ritual, además de lo poco aconsejable que esto es en cualquier caso… Lo cierto es que en Varanasi no solo es complicado sacar fotos de los rituales, sino también de todo lo demás. Sencillamente, a sus habitantes no les gustan las fotos…

Pero otra forma de observar Varanasi, (algo mas tranquila…), es subirse a sus azoteas. Muchos cafés y restaurantes tienen terraza en la azotea y desde allí se puede observar el Ganges y parte de la colmena de edificios que componen Varanasi. Es fácil relajarse aquí con un te en la mano, mientras van cayendo los últimos rayos de sol y observando la enorme cantidad de monos que saltan de una azotea a otra haciendo monerías (valga la redundancia…)

 



Si algo es famoso también en Varanasi, es la seda. La seda es famosa en India en general, pero Varanasi es la cuna de este material. Aquí hay muchas tiendas y también muchas fábricas donde se hace seda. Yo aproveché alguna tarde para irme de compras y hacer algo de negocios, (negocios de los que hablaremos a mi vuelta…). Los saris son muy bonitos, pero ponérselos no es del todo fácil, así que había que probar en mis propias carnes…


 

Aquí queda mi resumen de Varanasi, difícil y complicado donde los haya, uno de los posts que más me ha costado escribir. Difícil por muchas razones, porque noto que ya no me quedan muchas fuerzas, porque mi motivación tampoco está muy alta y sin motivacion se hace mucho mas complicado escribir, porque la India, pronto pasa factura, porque como muchos otros viajeros me decían, Varanasi no se puede explicar, pero si tuviera que emplear una sola palabra para describirla, esa palabra, sin lugar a dudas, tendría que ser  ”incomparable”.



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