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El “expreso” de Shipaw

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Me creé la necesidad interna de coger ese tren. No tenía porqué hacerlo, de hecho era mucho más cómodo y rápido llegar a Mandalay desde Shipaw en autobús, pero yo había leído que era posible hacer ese trayecto en tren y que la experiencia podía merecer mucho la pena. Los viajes en tren me gustan, tienen algo de especial. Ya antes de subir al vagón, el “expreso” de Shipaw a Mandalay dejó de ser especial para convertirse en mágico… En el más optimista de los escenarios, recorrer los aproximadamente 200 kilómetros que separan estos lugares lleva unas 10 horas (correcto, veo que estás muy rápido hoy, eso significa que el “expreso” mantiene una velocidad media de 20 kilómetros por hora). Pero claro, eso es como digo, en el mejor de los escenarios, ya que este tren es famoso por los enormes retrasos que es capaz de acumular. Yo, sin embargo tuve mucha suerte ya que el tren partió casi puntual, tan sólo con una hora y veinte minutos de retraso… Sabía muy bien a lo que me exponía y acepté

Esta noche antes de ir a dormir pediré un deseo con todas mis fuerzas

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  Hoy, 7 de Noviembre se celebran “elecciones” en Myanmar después de más de 20 años. Se que es dificil, casi imposible, una de esas cosas con las que casi es mejor no ilusionarse, pero yo lo he hecho quizás dejado llevar por la inocencia de quien tan sólo ha pasado unos días en Myanmar, días de vacaciones, como un señorito que llega, mira, se pasea, saca unas cuantas fotos y se va cuando quiere irse y lo hace en avión, ese medio de transporte consentido para unos pocos y totalmente prohibido para unos muchos, como para la gente de Myanmar, que hace mucho dejó de pensar que la idea de salir de su país sea una posibilidad para ellos… Esta noche, antes de dormir pediré que si existe la posibilidad de que algo cambie para el pueblo de Myanmar, lo haga para mejor. Con todas estas personas tuve la oportunidad de pasar unos instantes, a veces incluso de tener una conversación, otras tan sólo una sonrisa, un guiño, un apretón de manos… Son maravillosos y se merecen lo mejor. Por todos el

El de Myanmar y su lucha por la libertad

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Ya desde el momento que el avión se acercaba a tierra y pude distinguir con claridad las carreteras, casas y campos de Myanmar, tuve la sensación de que este país me apasionaría. Los días que estaban por llegar confirmarían aquella sensación. Puede ser que dejándome llevar por la inmediatez de mi visita a Myanmar, cometa una injusticia con otros países si afirmo que es el lugar que más me ha conmovido de todos los que he visitado en mi vida, pero es así como lo siento ahora mismo y no puedo más que reafirmarme en lo que pienso. Llegué aquí bastante condicionado por lo que había oído y leído. La especial situación que atraviesa Myanmar y una serie de particularidades que aquí se dan, lo convierten en un mundo aparte. Te contaré algunas cosillas que me fueron llamando la atención nada más llegar y algunas otras que me pusieron los pelos de punta según fui descubriéndolas con el paso de los días. Mi contacto con Myanmar comenzó en realidad antes de llegar, concretamente en la embaja