El de ese edificio al que creo llaman TajMahal…



No te vas a creer lo que te voy a contar. La verdad es que casi no me lo creo ni yo, estas cosas parecen imposible que pasen en el siglo XXI, pero lo cierto es que a mí me ha pasado y por supuesto no podía dejar de contarlo en este blog. Resulta que a mi salida de Varanasi, me monté en un autobús con destino Pushkar. Unas horas después llegué a un lugar que no sé porque entendí que era Pushkar, mi destino final. Entre la confusión me bajé del autobús y empecé a vagar por las calles en busca de un sitio donde alojarme. Este proceso suele ser bastante fácil, porque normalmente son los dueños de los hoteles los que te encuentran a ti y te piden que eches un vistazo a su hotel. Sin embargo, en esta ocasión nadie se me acercaba y la mayoría de la gente me miraba como si nunca antes hubieran visto un occidental…

Qué curioso, me habían dicho que Pushkar era un lugar muy turístico, pero aquí no encuentro ningún turista, ningún hotel, ningún conductor de tuctuc que me pregunte mil veces si necesito de sus servicios… umm, esto me huele mal querido Watson… Continuo andando por esas estrechas y sucias callejuelas cuando de repente giro una esquina y me encuentro frente a frente con una enorme puerta que da acceso a un recinto amurallado. Me acerco un poco más tremendamente extrañado ante lo que me está pasando. En mi guía no hablaba de ningún recinto amurallado de esas características en Pushkar.



Atravieso la puerta y me encuentro en un inmenso jardín con fuentes y hermosos estanques. Al fondo de este enorme patio se encuentra lo que parece ser una preciosa mezquita construida en mármol blanco y reluciente con 4 impresionantes minaretes que se alzan en sus cuatro esquinas.



Sigo andando curioso y me adentro en este llamativo edificio. Nadie me para, nadie me habla, no hay ningún control, ni taquilla para sacar entrada, ni nada por el estilo.

Ya dentro del edificio, giro a la izquierda y abro una puerta que se encuentra al final del pasillo. Ante mi sorpresa, me encuentro un grupo de unas 40 hermosas mujeres que entre risitas y contoneos, me invitan a tomar asiento y relajarme…No me lo podía creer!! Se trataba de un aren, el aren del mismísimo emperador ShadJahan!!

Pero en ese momento, una puerta se abre al fondo de la sala y aparece un fornido hombre de poblada barba y turbante en la cabeza. Porta dos espadas en sendas manos y viene hacia mí con los ojos inyectados en sangre. Me ofrece una espada y me reta a lo que parece un combate a vida o muerte. Sin quererlo, me veo obligado a hacer lo que casi nunca hago… utilizar mi gran habilidad y extrema fuerza física para derrotar a mi contrincante sin mayores problemas. Las 40 hermosas mujeres se quedan admiradas ante mi manera de luchar y se postran ante mí en señal de entrega y sumisión…

Ok, ok… vale… ya paro. Quería darle un “toque especial” a mi visita al TajMahal, ya que se trata de un sitio tan mundialmente conocido y tan sumamente turístico, pensé que a lo mejor me podía inventar una historia algo más extraordinaria que te mantuviera pegado a la pantalla mientras leías este relato, pero yo mismo me doy cuenta que la historia se me está escapando de las manos, así que me ceñiré a contarte mi visita al TajMahal tal y como sucedió, que igual es algo más aburrido pero al menos dormiré con la conciencia tranquila…



Vista del TajMahal desde la azotea de mi hotel

Efectivamente el lugar donde me había bajado del autobús, no era Pushkar (lugar que visitaré más tarde). El TajMahal se encuentra en la ciudad de Agra, a unas 4 horas en autobús al sur de Delhi. Agra como tal no es nada del otro mundo, una ciudad india más, con su basura en las calles, sus moscas, sus edificios ruinosos… aunque si es cierto que esta fue la primera ciudad en India en la que descubrí algunas avenidas amplias y ordenadas, algunos parques y una iluminación nocturna más o menos aceptable. Pero sin lugar a dudas, las dos grandes atracciones de Agra son el TajMahal y el fuerte de Agra, separados entre si por una distancia de unos 2 kilómetros.






Sin explayarme demasiado te contaré algunas cositas que me parecen interesantes de estos dos lugares, aunque para ello, deberé trasladarte virtualmente a otra ciudad que visité antes que Agra y que se llama Allahabad. En realidad fue en esta ciudad a unas 8 horas al este de Agra, donde la historia del TajMahal empezó a escribirse o mejor dicho donde la historia del TajMahal estuvo a punto de no escribirse jamás…

Fue en esta ciudad donde vivía el que años después se convertiría en emperador y ordenaría la construcción del TajMahal, te hablo de ShadJahan. Por aquel entonces, el emperador era Jehangir, el padre de ShadJahan. Sin embargo, Jehangir estuvo a punto de morir asesinado a manos de su hijo mayor, el príncipe Khursu. Si khursu hubiera conseguido su objetivo, su hermano ShadJahan nunca hubiera llegado a convertirse en emperador y el TajMahal no existiría (con lo que yo no hubiera podido disfrutar del aren de las 40 hermosas mujeres…)

En Allahabad pude visitar las tumbas en las que se encuentran enterrados el conspirador Khursu, su madre y su hermana. La verdad es que para haber intentado traicionar a su padre, tiene un panteón bien bonito e impresionante… En fin, hay cosas que a uno le cuesta entender…

 


En primer plano, tumba del PrincipeKhursu. Al fondo la tumba de su hermana.


Pero bueno, prepárate un sándwich y algo de fruta, que nos volvemos a Agra para seguir contándote algunas cosillas más.

Como ya te he contado, fue el emperador ShadJahan quien ordenó la construcción del TajMahal. Lo hizo en memoria de su segunda esposa MuntazMahal que murió mientras daba a luz a su decimocuarto hijo en el año 1631, (claro, como no iba a morir la pobre mujer…).

El emperador se quedó tan afectado, que ordenó la construcción del TajMahal para que el cuerpo de su esposa descansara allí para el resto de la eternidad.



Ese mismo año comenzó la construcción. 20000 personas participaron en los trabajos y ocho años después el edificio principal estaba terminado, aunque los jardines y el resto del complejo no se terminaron hasta 1653.

Lamentablemente, poco después de ser terminado, el hijo del emperador ShadJahan se reveló contra este y se hizo con el poder, haciendo prisionero a su padre en el fuerte de Agra. Desde ese momento y hasta el final de sus días, el ex emperador ShadJahan se tuvo que conformar con observar su amada creación desde un pequeño ventanuco en la habitación donde se encontraba preso. Finalmente murió en el año 1666 y al menos su traidor hijo tuvo la deferencia de enterrarle en el TajMahal, junto a la que fuera su esposa MuntazMahal.







La visita al TajMahal nunca te puede dejar indiferente. Primero porque es uno de esos lugares míticos del planeta, que has visto tantas veces en fotografías y documentales y siempre es reconfortante ver de cerca con tus propios ojos un lugar así. Y segundo, porque se trata de un edificio realmente precioso. En 1983 el TajMahal fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. También está considerado como una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.

Una vez dentro del complejo rodeado por murallas protectoras, uno puede admirar los jardines lineales, fuentes y estanques que se anteponen al TajMahal. Este está construido sobre una plataforma de mármol elevada y por detrás tan sólo el río Yamuna pasa tranquilo, pero no hay ninguna otra construcción, por lo que la vista frontal de esta mezquita es siempre espectacular y el TajMahal da la impresión de estar casi flotando en el aire.



En cada una de las cuatro esquinas de esta plataforma de mármol se alza un minarete de 40 metros de altura. Estos minaretes están ligeramente inclinados hacia el exterior y no queda claro si esto se debe al paso de los siglos o a que fueron construidos así a propósito para evitar que en caso de terremoto, los minaretes caigan sobre el propio TajMahal.




En el mismo centro de la plataforma se eleva el TajMahal, con sus cuatro caras idénticas y su inmaculado mármol blanco que refleja la luz del sol como la mismísima nieve. Es un ejemplo impresionante de simetría. Sin duda se trata de un edificio precioso, el que algunos aseguran ser el edificio más hermoso del mundo, opinión de la que yo discrepo, pues aun aceptando su gran belleza, creo que sin ir más lejos, algunas de las grandes catedrales europeas, como las que tenemos en España, lo superan en complejidad y belleza. Pero al fin y al cabo, eso es sólo mi opinión y para gustos los colores.

En cualquier caso, también quería enseñarte algunas imágenes del fuerte en el que ShadJahan pasó preso los últimos años de su vida. Me cogí un tuctuc, que cuyo conductor me dejó llevar hasta el mismo fuerte y me lo pasé pipa parándome cada vez que veía un grupo de extranjeros y ofreciendoles “mis servicios”… Jaja..se quedaban flipados…



La visita a este fuerte me impresionó mucho y la vista que desde allí hay del TajMahal es como para no perdérsela. Ni siquiera las muchas ardillas que corretean en el interior de este fuerte dejan de dedicar algún que otro momento para asomarse por encima de la muralla y admirar la vista.




La vista del TajMahal que tenía el emperador ShadJahan desde su celda.

El fuerte de Agra es más antiguo que el propio TajMahal, ya que su construcción empezó en el año 1565. En un principio su uso fue exclusivamente militar, pero posteriormente en su interior se construyeron palacios, jardines, patios y otra serie de edificios, hasta convertirlo prácticamente en otra ciudad dentro de la ciudad.









El interior del fuerte está protegido por una doble muralla de 20 metros de altura, lo que lo convertía en infranqueable para los enemigos que a lo largo de la historia trataron de conquistarlo.




Y poco más tengo que contarte sobre Agra y sus dos más simbólicos lugares. Si estás interesado en conocer el final de la otra historia, la del aren de las 40 hermosas mujeres, dímelo y te la contaré a título personal a cambio de unas cañitas en algún barrio castizo que me viene a la mente…

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Chitwan, la tierra donde el elefante es el Rey…

Varanasi, ¿cómo podría explicarte?