Tibet, Tibet… Ainnsss Tibet…


El mismo Tibet al que nunca llegué porque se me prohibió la entrada.

En un principio mi idea para esta parte del viaje era recorrer los 2300 kms que separan Chengdu de Lhasa, la capital de la región de Tibet. Sin embargo, tan sólo unos días antes de iniciar este trayecto, recibí la nefasta noticia de que las autoridades chinas habían vuelto a cerrar el acceso de extranjeros a Tibet. El motivo (que no la justificación) de este cierre se debe a que durante el mes de Julio de este año coinciden el 90 aniversario de la creación del Partido Comunista Chino y el 60 aniversario de la ”invasión” china sobre Tibet. Como es lógico se esperan importantes manifestaciones tanto en la capital de Tibet como en otros muchos lugares de esta inmensa región. No extranjeros, no cámaras, no Internet… y problema solucionado, ya nadie se entera de lo que sucederá o lo que muy probablemente ya está sucediendo en estos días en Tibet. ¡Qué viva la libertad de expresión!

Como te puedes imaginar, recibir esta noticia entre confusión y confusión (ya que nada de esto es oficial, simplemente cuando intentas conseguir un medio de transporte para llegar a Tibet, te dicen que nanai…), supuso un tremendo shock para mi, y en pocos días me vi obligado a cambiar por completo el itinerario que tenía pensado para mi viaje, ya que mi idea era cruzar a Nepal por carretera desde la ciudad de Lhasa, en Tibet. No me quedó otra opción que buscar un billete de avión que me llevara hasta Nepal y que por cierto me ha costado un ojo de la cara, por lo que a partir de este momento mi cuenta bancaria está abierta a cualquier donativo por vuestra cuenta. Gracias a mi querido Paco por ayudarme en las gestiones…  


 

En cualquier caso, no soy de los que se rinden fácilmente y estudié a fondo las posibilidades para conocer de cerca la cultura tibetana. El oeste de la provincia de Sichuan hace frontera con Tibet y allí se pueden encontrar un buen número de pueblecitos cien por cien tibetanos, así que esa parecía ser mi única oportunidad. No obstante, el acceso a estos lugares también está en parte restringido para extranjeros y a medida que se iba acercando el 1 de Julio, la cosa iría empeorando. Tenía que tomar una decisión y no sin cierto riesgo decidí ir acercándome a estos lugares, teniendo claro que como muy tarde el 2 de Julio debía estar en la ciudad de Kunming, puesto que el día 3 tenía mi vuelo desde esta ciudad hasta Nepal.

También me resultó bastante dificil encontrar transporte para estos pequeños pueblos. En las estaciones de autobuses no me querían vender billetes, por lo que a menudo me tocaba esperar largo tiempo para encontrar algún chino joven que hablara inglés e intentar que comprara el billete como si fuera para él o bien trasladarme con medios de transporte privados, que evidentemente siempre sale más caro. Pero al final, de una u otra manera me las apañaba para ir avanzando…


Las 8 horas de “carretera” entre Chengdu y Kangding, además de la dureza del trayecto, representan casi un cambio de pais y hasta de continente, Chengdu es como ya te comenté una ciudad moderna y ordenada, pero Kangding es un pequeño lugar cuyos habitantes son en mayoría tibetanos.



Asi son algunas carreteras por aqui... Lo tomas o lo dejas...

Aquí pasé sólo una noche para de nuevo al día siguiente volver a luchar contra los elementos en forma de “tiparraca desagradable que no me quiere vender billetes” e intentar llegar a Tagong y Litang, dos pueblos todavía mucho más cerca de la frontera con Tibet. Te podría contar una divertida historia de como conseguí estos billetes, pero casi me lo reservo para una tarde de cañas… Mira, a este niño si se lo conté y le entraba hasta la risa.


 

Los tibetanos molan. Lo cierto es que son los más chulos del planeta, con sus sombreros de cowboy, sus melenas al viento, sus gafas de sol, sus cigarrillos calados a un lado de la boca, sus chaquetas de piel de borrego y sus motos con cintas de colores colgando del manillar. Yo los veo como una mezcla entre peruanos y asiáticos con un ligero toque gitaniño. Si, sin duda… molan.

 




 

Sin ninguna duda, los días que pasé en estos pueblos tibetanos han significado mis mejores días en China. La zona es preciosa y la hospitalidad de los tibetanos te hace sentir tremendamente bien.

En Tagong tuve mi primer contacto con los tibetanos nómadas, que viven en esta región. Son gente humilde que se desplaza muy a menudo en busca de los mejores pastos para su ganado. Me puse a andar y andar y enseguida me di cuenta de la hospitalidad de esta gente, que me invitaba a entrar en las tiendas en las que habitan. 







Al principio me sorprendió bastante y me sentía realmente privilegiado de estar bajo estas lonas, con gentes que me miraban curiosos y me ofrecían una taza de te de mantequilla de yak, que es la auténtica especialidad de estas tierras. Pronto me di cuenta, que apenas avanzaba unos cientos de metros, cuando otra familia me invitaba a entrar a su tienda, por lo que tuve que empezar a declinar las ofertas o de lo contrario no sólo no conseguiría avanzar nada, sino que además terminaría con un tremendo empacho de te de mantequilla de yak (que por cierto, no es que esté muy bueno que digamos…)

Entre visita y visita, a veces me sentaba en una ladera y me quedaba un buen rato, simplemente escuchando el silencio, disfrutando de tanta tranquilidad, perdido a mi aire, en mitad de ningún sitio. Bueno, lo cierto es que también aproveché para zamparme un bocadillo de jamón serrano que había traído de España… Hasta me dió por grabar este video para inmortalizar el momento.







En Litang lo gocé todavía más si cabe. Allí alquilé una moto y recorrí las carreteras de los alrededores admirando sus inmensos valles repletos de yaks y caballos salvajes, rodeados de imponentes montañas y haciendo paradas cada dos por tres para disfrutar una vez más de la amabilidad de esta gente. Litang se encuentra a 4010 metros de altitud por lo que respirar se hace más complicado y cualquier esfuerzo se nota tremendamente.

 

ConggaShan, 7556 metros de altitud

 Pero hay algo que dudaba hasta el último momento si mostrarte o no. Creo que debo hacerlo, porque al fin y al cabo es algo que he visto y no deja de ser una de las realidades más curiosas a la vez que impresionantes de Litang.

Después de este párrafo en el que te describo los funerales que se llevan a cabo en Litang, te mostraré unas fotos que no son para nada agradables, de ti depende si quieres verlas o prefieres pasarlas con los ojos cerrados. Luego no digas que no te avisé…

Litang es un pueblo con gran tradición budista, de hecho aquí nacieron el séptimo y el décimo Dalai Lama. Aquí se llevan a cabo un tipo de funerales, que sin duda no te pueden dejar indiferente, se denominan funerales celestes.

Los tibetanos entienden que el cuerpo después de la muerte no tiene ninguna importancia, ya que se trata de un mero transporte para el alma a lo largo de esta vida. Una vez muerto el cuerpo, el alma se desprende de él. Sin embargo, no hay mejor forma de que el difunto lleve a cabo su último acto de buena voluntad, que ofrecer su cuerpo a los buitres. Para ello, el cuerpo es llevado a la ladera de un monte sagrado, en el que se realizan una serie de oraciones alrededor de un fuego. Después, el tomden o especialista ritual, afila su gran hacha y el cuerpo es cortado en cientos de pedacitos mientras los enormes buitres (yo diría más de 200) se impacientan alrededor del tomden, esperando que este se retire y se puedan dar el gran festín.

De esta forma, se cumplen dos cometidos, en primer lugar se hace honor por parte del fallecido a los buitres, animales muy respetados en esta zona. Y por otro lado, el cuerpo del fallecido permanecerá para siempre en los cielos, al igual que su alma…







Divertido, ¿verdad? Por suerte o por desgracia, lo cierto es que llegué un poco tarde a este “emotivo” funeral y no pude ver con mis propios ojos como iniciaban a cortar el cuerpo, lo cual hubiera sido sin duda todavía bastante más impactante…

En fin, quizás sea una anécdota, quizás no, no lo se… al fin y al cabo, aquí enterramos a los muertos o los incineramos, o sea que visto así.

En cualquier caso, me hubiera quedado unas cuantas semanas por estos lares si hubiera tenido tiempo para hacerlo, pero no pudo ser. También me hubiera encantado cruzar esa enorme distancia hasta llegar a Lhasa, hubiera sido muy bonito, en fin, tal vez la próxima vez.


Y aqui en tierras “casi” tibetanas, terminan mis días en China. Lo cierto es que es un país tremendamente dificil para viajar de manera independiente. Al principio me costó mucho adaptarme y hubo momentos en los que llegué a desesperarme seriamente, pero estas dos últimas semanas han sido muy buenas y he disfrutado mucho por estas tierras lejanas.

China me da mucho que pensar, por un lado se trata de un pais comunista, pero lo cierto es que yo ya no se muy bien lo que significa el comunismo. Por lo poco que yo se, esta forma de gobernar debería implicar una serie de igualdades entre los habitantes de un lugar, tratando de huir del consumismo excesivo. Sin embargo, en China hay muchas desigualdades, gente tremendamente rica y gente que no tiene prácticamente nada.

Me molestan muchísimo estos países que basan gran parte de su poder en la ocultación de la realidad, que si ahora no dejamos entrar a los extranjeros a Tibet porque vamos a dar palos, que si aquí no se puede acceder a facebook, twitter o youtube… No se, lo cierto es que este país asusta. A pesar de que no pude terminar de contarlos, se rumorea que aquí habitan 1300 millones de chinos, lo que significa que prácticamente no necesitan al resto del planeta para nada, pero aun así algunos datos como que el 70% de los televisores que se venden en el mundo se fabrican en China… (he dicho televisores como podía haber dicho tantas otras cosas), no puede dejar de asustar…

En fin, en cualquier caso para cuando leas este post yo ya estaré volando de camino a Nepal, asi que me voy a callar por si las moscas me echan el lazo en el aeropuerto para que les explique que voy diciendo yo por ahí… De todas formas, no me cabe duda, de que también me encontraré un buen puñado de chinos por allí…

PD: Si te parece que este post trae muchas fotos, no te quiero contar las que se han tenido que quedar fuera muy a mi pesar…

 

 

 


 

13 Comentarios

En la categoría Asia a mi aireChinaGeneral


  


Comentarios

Entradas populares de este blog

Chitwan, la tierra donde el elefante es el Rey…

El de ese edificio al que creo llaman TajMahal…

Varanasi, ¿cómo podría explicarte?