Pulau Kapas: Si existe debe de ser esto...

Te prometo que lo voy a intentar, aunque se de antemanno que será complicado. Basándome en estas pocas líneas y un puñado de fotografías, voy a tratar de describirte mi experiencia en Pulau Kapas estos últimos días.

En principio, no estaba en mis planes visitar esta isla, sino otra llamada Pulau Peherentian, que se encuentra unos 100 kilómetros más al norte.  Sin embargo, mis temores de que aquellas islas pudieran estar plagadas de extranjeros buscando fiesta, se confirmaron, lo que me hizo replantearme otras opciones. Entiéndeme, no es que me desagrade la idea de ser un españolito solitario rodeado de inglesas borrachas, pero en esta ocasión, buscaba otras alternativas… Así que, preguntando por aquí y por allá, llegue a la conclusión de que Pulau kapas se ajustaría mucho más a lo que yo buscaba. Listo, cambio de planes.

Sin embargo, la cosa no empezó demasiado bien, es más, empezó bastante mal. Abandonaba la ciudad de Jerantut, sabedor de que me esperaba un largo viaje. Tenía que coger 3 autobuses y un barco para llegar a Pulau kapas, lo que me llevaría todo el día. Me las arreglé con el conductor del segundo autobús para que me dejara en Marang, localidad en la que tenía que coger el barco hacia Pulau kapas. El autobús no tenía parada allí, por lo que me hubiese tocado coger otro para volver atrás, pero claro, saqué del bolsillo mi “manual de don de gentes”, que de tantas me ha sacado y teniendo claro que el que no llora no mama, conseguí ahorrarme algo de tiempo y dinero…

Me dejó en un cruce en la carretera y ahí me quedé, con mis dos mochilas, una por delante y otra por detrás, tarde gris amenazando lluvia, seis y media de la tarde (aquí anochece a las siete y media), y sin saber donde estaba el embarcadero. Es decir, lo que se viene conociendo como “estar más tirao que una colilla…” No tardé demasiado en encontrar el embarcadero, pero como la cosa estaba medio torcida, cuando llegué allí me dijeron que el último barco había salido hacía 15 minutos y no había más hasta el día siguiente. Te digo yo que…

Pero cuando las cosas se tuercen tanto, lejos de rendirse, hay que cruzar los dedos y jugar todas las bazas que estén a tu alcance, así que me acerqué a unos pescadores para ver qué posibilidades tenia y me dijeron que ellos iban a la isla en cuanto terminaran de cargar el barco y que si me esperaba media hora, podía ir con ellos. Et voila!!!! Salvado!!!

Y allí que me monte después de echarles una mano con todo lo que tenían que cargar y claro, en seguida me convertí en la atracción del barco, que dicho sea de paso se movía como un cascarón, aunque supuse yo que aquella gente debía saber lo que se hacía. El que más y el que menos, iba rompiendo su timidez y empezaron las preguntas…, qué como me llamaba, qué de donde era, qué si viajaba solo, qué si España iba a ganar el mundial y un largo etcétera de preguntas en un inglés bastante precario, que yo me esforzaba por entender de la misma manera que ellos se esforzaban por entender el mío.

En una de estas, para enseñarles como se escribe mi nombre, quise echar mano de la cartera. Un bolsillo por aquí, otro por allá… uy, uy… que voy a mirar si la tengo en la otra mochila, aunque de sobra se yo que siempre la guardo en esta… uy.. uy… que no cunda el pánico, pero no encuentro la puñetera cartera… los pescadores que me miran intrigados, preguntándose si estoy buscando una pistola para robarles el barco… la cara que se me pone pálida, me preguntan que si estoy bien… otra vez todos los bolsillos, como el barco se mueve, yo me tambaleo y mi situación les parece bastante cómica, pero yo no me rio… ¿será posible?, si, es posible…la cartera se perdió… empieza a llover… ¿será esta una isla maldita? Pronto lo comprobaré, porque no tengo ninguna reserva para dormir y ya me habían dicho que aquí no es que sobren las habitaciones precisamente…

Y con las mismas llegué finalmente a Pulau kapas, con la moral baja y bastante cansado. Para colmo de males, imaginaba que aquí lo de Internet les sonaba de oídas, pero poco más… y yo tenía que cancelar mis tarjetas ¿quien las tendría ? ¿Estaría gastando mucho? Gluppss… Menos mal que días antes había comprado una tarjeta para mi teléfono y pude llamar a mi querido socio, el cual se prestó de manera eficiente a hacer las pertinentes gestiones de cancelación y demás.

Y aquí terminaron mis preocupaciones en esta paradisiaca isla. De hecho, nada sería más injusto que decir que Pulau kapas me dio alguna preocupación, como mucho, las preocupaciones se dieron antes de llegar… A partir de ahí, todo fueron sorpresas increíblemente agradables.

El tipo que me recibió era un malayo con amplia sonrisa y pinta de hippie, que en seguida me transmitió una gran tranquilidad. Resulto ser el dueño de las cabañas para alquilar y me confirmó que tenía habitaciones. Mi suerte empezaba a cambiar…

Pulau kapas, es una pequeñísima isla que se puede cruzar andando de norte a sur en media hora y de este a oeste en una hora. Cuenta con cuatro playas, todas en su cara sur.

En la cara norte hay unos bonitos acantilados.

El alojamiento se compone de unas cuantas cabañas de madera desperdigadas en algunos puntos de la isla. Ya imaginaba yo que el sitio iba a ser tranquilo, pero… semejante belleza y tranquilidad escapaban a mi imaginación.

Decían que no había mucho que hacer aquí, pero lo cierto es que a mí me faltaban horas. Quizás es que ya empezaba mal, con los madrugones que me pegaba allá sobre las 10 de la mañana. A partir de ahí, todo el día corriendo, que si un desayuno en el paradisiaco porche de madera frente a la playa,

que si ahora cógete un kayak y vete a remar un poco...

que si luego vuelves y te pegas un chapuzón, sécate en la playa al sol mientras tomas una cerveza fresquita y… ala, cógete las gafas de bucear para hacer algo de snoorkel junto a las rocas.

¿Tu te lo crees? Pues eso mismo me pasaba a mi...

Cuando te quieres dar cuenta, te llega la hora de comer, así que otra vez al paradisiaco porche.

Dedicado a los comilones de Belén y Caste...

Después de comer, sin tiempo que perder se te viene encima la hora de la siesta y la dura decisión que conlleva, pues debes elegir entre los futones bajo el enorme árbol, la hamaca entre los árboles, o la camita con el ventilador y la mosquitera…, decisiones que un viajero debe de tomar sin que le tiemble el pulso y asumiendo todas las consecuencias.

Levántate de la siesta y ponte a leer como un loco en la playa, que cuando te quieres dar cuenta empieza el atardecer y te toca ir a por la cámara para tratar de sacar alguna que otra foto decente.

No te entretengas mucho, que después toca duchita refrescante y a cenar al paradisiaco porche. Pero no creas que ahí termina la jornada, después de cenar te toca coger la linternita y pasear playa arriba en la oscuridad, escuchando el sonido del mar y persiguiendo cangrejos, que por la noche salen como los caracoles al sol… hay que ver lo que corren los condenaos! En fin, todo un stress…

A veces, para salir de tan agobiante rutina, no me quedaba otra que hacer una rutita por el interior de la isla, que es pura jungla.

En una de estas, llegué hasta la cara norte y encontré un sitio perfecto para darme un chapuzón. Después de asegurarme que podría salir del agua (por allí no había nadie para sacarme…), decidí tirarme desde la roca y a más a más… decidí también tirarme una foto en semejante situación. La operativa era sencilla, colocar la cámara, pulsar el disparador con 10 segundos de retardo al mismo tiempo que pulso el crono de mi reloj, correr al punto exacto y… saltar justo en el momento preciso. Pan comido, vamos allá!!

Uyyy, demasiado tarde...

Uyyy, demasiado pronto...

Uyy, demasiado tarde otra vez...

Y así podríamos seguir un buen rato, pero para resumir te diré que después de un buen puñado de veces y cuando ya empezaba a estar extenuado de salir del agua…

Uyyy!! Que ahora creo que siiiii!!!!

Y así, entre obligación y obligación fueron pasando los días en esta maravillosa isla. Y pasaron.  Aqui no hay pulseras de todo incluido, ni animadores, ni restaurantes  temáticos… y sólo espero dos cosas, que no los haya nunca y que alguna vez tenga la oportunidad de volver.

Son las 7.15 de la mañana y estoy ya subido en el barco de regreso, que esta vez no es de pescadores sino de pasajeros. Apenas 5 personas vamos en él y el silencio es absoluto, quizás sea por el sueño… Yo no puedo evitar echar una última mirada, aunque sea de reojo a mi quería Pulau kapas, que se va haciendo más y más pequeña. Me sorprendo a mi mismo comprobando que siento gran tristeza de abandonarla, pero comprendo que no debe haber lugar para la tristeza, puesto que lugares como este son los que vine a buscar y buena noticia es que los estoy encontrando. Mi objetivo ahora es encontrar más y disfrutar de ellos tanto como lo he hecho aquí.

Y ahora que te he contado el pequeño secreto de Pulau Kapas, confiando en que quede entre tu y yo, no tengo más remedio que hacerte una pregunta, ¿tu crees que existe el paraíso?

Comentarios originales

Paco
Junio 21, 2010

Joder Jesus eres el crack!

Un abrazo

Miguel
Junio 21, 2010

Chaval, como me sigas dando envidia me planto allí en Septiembre!!!
¡¡que lo sepas!!!

nuria
Junio 21, 2010

Jesss, te juro que no me creo lo que veo. Estoy muy contenta por ti y me encanta leerte.un besazo y sigue cuidaneote mucho por fi.

Raquel
Junio 22, 2010

Guaito!!!

te vas superando! efectivamente… eso tiene que ser el paraíso, ¡merecieron la pena los “contratiempos” del trayecto! Ya veo que te ha sido difícil llenar tu tiempo en esa isla… Un beso a Roberto, que ha hecho mucho más que los pescadores por ayudarte con el percance de la cartera!

Raquel
Junio 22, 2010

Fe de erratas:
en mi mensaje anterior, donde pone “guaito”, quería decir GUAPITO.
las prisas no son buenas pa´ná! ¿por qué no me tumbaré yo en una de esas hamacas en esa playa, aunque sea media hora?

José Luis
Junio 22, 2010

Hola chaval, que maquina eres, lo que me he podido reir con las fotos tirándote al agua, jajajjajajajaja, me recuerdas a José Mota en el sketch “behind de musgo”, si no lo has visto te lo recomiendo, jajajajjajajaja, un abrazo.

Jorge Castellanos
Junio 22, 2010

Que falta de to enseñarnos estas fotos, eres inhumano, yo de mayor quiero ser como tú ¿no había nativas? de las de cocos en los pechos, digo, o sin cocos vamos.
como dice chevis la foto del salto espectacular.
cuidate

Maria
Junio 22, 2010

jajajjaja.. No he parado de reirme con la foto que te estas tirando al agua.. jajajjajaj…. ¡¡Verás cuando la vea Esther…!!!. jajajjajaj
Que bien te lo montas tio.., sigue así, me encanta leerte, muchos besotes..

Raúl
Junio 22, 2010

Jesús eres un profesional para perder cosas, hace años eras las llaves del coche, hoy la cartera.
Que bien te lo montas, si soy yo el dueño de la barca que te lleva a la isla , te pongo a subir y bajar cajas como un loco.
Las fotos del salto son chulísimas, me descojono con las poses.
Por cierto, como dice el Caste, ¿donde están las nativas?, ¿no había ninguna en la isla?.
Ale a disfrutar, no te me expreses.
Un abrazo chaval, cuidate.

Sara
Junio 22, 2010

Me voy para allá ahora mismo!! Que por fin he acabado el instituto asi que ya no tienes manera de librarte de mí!! Que envidia me das!!!

Paloma
Junio 22, 2010

Me tienes asustada, como es posible que empiece a leer y primero piense.. por dios q faena, vuelve a casa ya…pero luego cambio total y …cómo se puede ser tan sinverguenza ¡¡que envidia!! ten cuidado pero sigue disfrutando de todo, me parece que te lo estás ganando a pulso. Muchos besos

silvia
Junio 22, 2010

Perdóname , pero coincido con la opinión de que no tienes corazón….un cacho perdernal , es lo que tienes,,,¿tu crees que se pueden mandar esas fotos?…..ainggggg

Vamos que te veo muy desvalido y pasándolo mal,,,,vente prontito de vuelta..

Ja, ja disfruta!!!!

Ana
Junio 22, 2010

Bueno Jesus!!!

Ya veo que estas sufriendo un monton!!! jeje!! Que rinconcito has encontrado!!! Continua pasandotelo asi de bien y con tu sentido del humor.

Muchos besos

cristina montero
Junio 22, 2010

jajaj pero tio que dificil eres, habermelo dichooooo y me voy contigo y te hago yo las footoooos!!!
a ver dime la linea de metro y la combinacion que me planto alli pero ya mismo que le digo a mi marido que ahora vengo….. por cierto “te odio”

monica
Junio 24, 2010

Jesussss!!! Te pareces a Matt el viajero, el tío de los fraggle rock que mandaba postales desde todos los sitios que visitaba! bueno igual eres muy joven para acordarte de los fraggle… me ha encantado la foto del salto! parece que no está mal la isla verdad?? no sabes nada tú!
Besitos guapo
Monica

Chevis
Junio 28, 2010

YO creo que despues de esto, no vas mas a Mazarrón.
A ver ahora quien te dice que vengas.

esther
Junio 28, 2010

Madre mía que sitio tan bonito y eso que acabo de llegar de Creta que tiene unas calas impresionantes pero creo que Pulau Kapas las supera con creces.., y sí como bien ha dicho María me partía con la foto del salto.., jajaja, es genial…, un besazo muy grande