Kinabalu, 4096 metros como 4096 soles
Ya desde la carretera, tranquilamente sentado en el autobús, el Kinabalu te va avisando: “Pero, ¿dónde vas criatura?, no seas bobo… quédate donde estás que aquí no se te ha perdido nada…” A medida que me iba acercando y veía la majestuosidad de sus 4096 metros, el mensaje era más y más claro: “Te lo voy a hacer pasar mal, es la última vez que te lo digo, tu verás…”
Pero yo, ahí seguía sin querer escuchar, porque para chulo, yo.
Me repetía una y otra vez que no se puede perder la oportunidad de comprobar lo que se ve desde la montaña más alta que se puede encontrar desde el Himalaya hasta Nueva Guinea.

A partir de ese momento delicado, durante el que mi confianza se iba desvaneciendo, decidí cambiar de táctica y cuando oía la voz
amenazante del Kinabalu en mi cabecita, me hacía el loco y miraba hacia otro
lado (casi siempre hacia las piernas de la señorita que iba sentada a mi lado… eso me
tranquilizaba…)
Bajé del autobús ya más tranquilo, sabedor de que
llegaba en buena forma y como calculo que habré perdido un par de kilos de
tanto comer arroz, noodles, pollo y pescado… la tarea de ascender el Kinabaku, me resultaría cuanto
menos, asequible.
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El Kinabalu visto desde el nivel del mar a 90 kms de distancia |
Cuando llegas al parque, todo se convierte en un
sacadineros, no te voy a engañar… que si no puedes subir sin guía, que si
tienes que pagar entrada al parque, que si la noche en el albergue a mitad de
camino te vale lo mismo que has pagado por las últimas 20 noches en Malasia,
que si necesitas un seguro de ascensión (que todavía hoy no se lo que cubría y
menos mal que no me pasó nada…)
Pero vamos, que yo “r que r”. Pagué lo que hubo que
pagar (será por dinero…) y empecé a andar, no sin preguntarme de vez en cuando,
que ganas tenemos los humanos de pagar por cosas que de antemano sabemos que
nos van a hacer sufrir, pero lamentablemente no encontré la respuesta, así que
no te puedo decir…
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Vista de la cima, desde el camino que lleva a ella |
La ascensión al Kinabalu se lleva a cabo en dos días.
El primer día empiezas a andar a los 1866 metros y terminas a los 3273, donde
se encuentra el albergue en el que pasar la noche.
La distancia a cubrir es de unos 6 kilómetros. Este
primer día supone una caminata de entre cuatro y cinco horas andando a un ritmo
tranquilo. La ruta te lleva por un sendero rodeado de bastante vegetación y
desde el que no es fácil ver la cima. Desde el primer paso que das, empiezas a
subir y ya no paras ni por un instante. De todas formas, si quieres hacerte
mejor a la idea, puedes echar un vistazo, (aunque las imágenes tienen una calidad bastante baja...) a este video que grabé mientras subía.
Cuando llegas al albergue, se hace divertido porque la
gente va llegando unos con la cara descompuesta y otros con la cara más
descompuesta aún, pero enseguida se hacen grupitos y es fácil conocer gente con
quien compartir la experiencia.
Ambiente montañero total, en el que se coincide con
gente de muchos diferentes lugares, pero en el que no hay tiempo para mucha
fiesta. Hay que descansar por la panzada que nos hemos dado hoy y por la que
nos vamos a dar mañana, bueno… cabría decir dentro de un rato.
A las 7 de la tarde ya estaba yo metidito en la cama,
porque a las 2 a.m. TITOTITOTI TITOTITOTI TITOTITOTI (para los menos avispados,
suena el despertador…) Y te levantas con los ojos que no los puedes ni abrir y
te abrigas bien porque hace un frío que pela y linterna en mano, te vas a
desayunar porque dentro de media hora hay que empezar a andar.
Y esta parte de la ascensión es sin duda la mejor. Se
comienza en la oscuridad de la noche, para intentar llegar a la cima minutos
antes de que amanezca. Todo el mundo empieza de nuevo a andar, linterna en mano
o en la cabeza y la cuesta arriba se hace todavía más intensa y la dificultad
aumenta porque sólo puedes ver lo que ilumina tu linterna. Somos muchos los que
estamos subiendo a la misma hora, pero nadie habla porque hay que ahorrar la
energía que todos pensamos vamos a necesitar más adelante.
Poco tiempo después, sobre las 5.30 a.m., llego a la
cumbre. Hace ya mucho rato que no hay ni rastro de vegetación. Ya sólo queda
esperar a que amanezca con los dedos cruzados para que no haya muchas nubes y
poder disfrutar al máximo.
El frío es intenso, pero el ambiente es increible. La gente se acurruca detrás de cualquier roca para resguardarse del viento y poco después los primeros rayos de sol empiezan a desperezarse en el horizonte. Se levanta el telón, comienza el espectáculo.
El frío es intenso, pero el ambiente es increible. La gente se acurruca detrás de cualquier roca para resguardarse del viento y poco después los primeros rayos de sol empiezan a desperezarse en el horizonte. Se levanta el telón, comienza el espectáculo.
Tras un ratito y por el mismo sitio que se sube, se
empieza a bajar porque no es fácil aguantar el frío y el viento, pero se baja
tan contentito por el trabajo bien hecho.
Pero pronto se empieza a borrar la sonrisa de la cara
cuando empiezas a bajar y te das cuenta de que la subida la hiciste en dos
días, pero la bajada la vas a hacer en uno… Glupppsss, y con lo divertido que
es bajar… y anda que paras en algún momento… En entonces cuando tus rodillas te
empiezan a recordar lo que te decía el Kinabalu cuando te ibas acercando y tu
piensas otra vez lo que pensaste cuando empezabas a subir, ¿Qué ganas tenemos
los humanos de pagar por cosas que de antemano sabemos que nos van a hacer
sufrir? Sólo que esta vez si que encontré la respuesta y tuve claro que lo
hacemos porque nos encantan los retos y sin ellos nos es muy dificil vivir…
Comentarios Originales 2010:
Pablo
Julio 6, 2010
Julio 6, 2010
Oye, pues
esta montaña es bastante freak, por eso de medir 4096 metros, que es potencia
de 2. Ya sabes cómo trabaja mi cabeza, es lo primero que se me ha ocurrido.
Me alegro de que te lo estés montando taaaaaan bien. Un abrazo!!
Me alegro de que te lo estés montando taaaaaan bien. Un abrazo!!
Monica
Julio 6, 2010
Julio 6, 2010
Suponemos
que mides 1,70 jesus…. y estabas a 4096 metros de altura… mas 1,70…4097,7
metros… aplicando el teorema de pitágoras sobre un triángulo rectángulo… y
suponiendo que el radio de la tierra donde te encuentras es de 6370 km para
redondear (ya sabes que se achata por los polos) y sabiendo que d=(Rt2-h)2-Rt2
y luego hay que hayar la raíz cuadrada… y teniendo en cuenta que aquí no tengo
una calculadora científica y no me caben todos los números bien…
aproximadamente la distancia entre tus ojos y el horizonte era de unos 240 km….
impresionante… guárdalo en tu retina, en la playa de pie al lado del mar
nuestro horizonte está a unos 15 km… para que te hagas una idea… preciosas
fotos guapo. Muak
Marta
Julio 6, 2010
Julio 6, 2010
No se que me
deja más sorprendida si la hazaña realizada o la deducción de Mónica….
Anyway…una
verdadera delicia ver ese mar de nubes!!
Un beso enorme!
Un beso enorme!
José Luis
Julio 8, 2010
Julio 8, 2010
Que bonito,
que vistas más impresionantes, es la leche, la bajada tuvo que ser tremenda,
cuanto tiempo tardaste en bajar?????, un abrazo.
España 1-
Alemania 0. Por si no lo sabías. jejeje.
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